jeudi 20 août 2020

El Nuevo Rostro De Dilophosaurus Wetherilli

Entre las muchas sorpresas que nos trajo este 2020 en la paleontología, tenemos un cambio muy anticipado por la comunidad científica, pues se acaba de publicar el estudio más completo del material holotípico (el que representa a la especie) y de otros esqueletos y huesos atribuidos a Dilophosaurus wetherilli y pues... ¡Cambió de apariencia!

Nueva reconstrucción de Dilophosaurus wetherilli. Arte de Brian Engh.

Pero ¿por qué ocurren estos cambios? ¿Por qué los científicos no se pueden poner de acuerdo? Bueno, la realidad es que la paleontología es una ciencia que como todas, cambia conforme aparece nueva evidencia. Y es lo más normal y preferible del mundo. No queremos que el conocimiento se estanque. Y lo más importante, como es la norma, no se descubrió un esqueleto completo y 100% articulado, sino que se descubrieron varios materiales que fueron estudiados y reportados por primera vez en 1954 por el paleontólogo Samuel Paul Welles. Y seguro que has visto este esqueleto...

Modelo de esqueleto reconstruido de Dilophosaurus. Fotografía de Eduard Solà.

Y pues malas noticias, gran parte de su cabeza está reconstruida a partir de un cráneo real aplastado, el UCMP 37302.

Cráneo del holotipo de Dilophosaurus wetherilli. La flecha indica la dirección hacia la punta del hocico. Modificado de Marsh y Rowe (2020).

Además de un segundo ejemplar, el UCMP 77270. Es este ejemplar el que se encuentra más completo y del que hablaremos un poco más.

Ejemplar UCMP 77270. Modificado de Marsh y Rowe (2020).

Entonces este famoso cráneo, que hemos visto en todos lados era una reconstrucción.

Este cráneo, está basado en los ejemplares anteriores, pero su estudio fue un poco somero en un inicio. Fotografía de Eden, Janine and Jim. Atención a la flecha roja.

Si bien los autores del nuevo estudio se muestran cautos sobre decir tajantemente cuál era la forma de la cresta (dado que no tienen elementos para asegurar su forma completa), sí que presentaron algo importante y obviado anteriormente. Si miran el cráneo "clásico" notarán una especie de "punta" que indiqué con una flecha roja en la imagen anterior. Esa púa ósea realmente no estaba en esa parte y su posición es una mala interpretación. Si vemos el cráneo UCMP 77270, notaremos que dicha púa se sitúa en realidad detrás de la órbita, formando parte de la misma.

Forma del cráneo de Dilophosaurus wetherilli según lo reconstruido por Marsh y Rowe (2020). Ilustración de Brian Engh.

Si observamos la reconstrucción del cráneo, notaremos que los autores sólo colocan la parte conocida de la cresta. Que por si lo sospechabas, sí, es doble, como siempre se había interpretado, pero su típica forma con borde redondeado es un misterio. Quizá no fuera así, quizá sí. De cualquier forma, no era una cresta lisa, sino rugosa y que los autores sospechan, tendría una cobertura queratinosa, como la de la gallina de Guinea (Numida meleagris).

Cráneo del mismo individuo de gallina de Guinea, con y sin la cubierta de queratina. Tomado de Angst et al. (2020).

Pero lo más importante del estudio para los científicos no es el cambio de la forma del cráneo de Dilophosaurus, sino su esquema de clasificación. Anteriormente, se le incluía dentro o cercano al grupo de los Coelophysoidea. Esto en gran parte por lo aparentemente primitivo de su esqueleto (que nadie había revisado con este nivel de detenimiento antes) y por la presencia de una escotadura entre el maxilar y el premaxilar que les da a estos dinosaurios cráneos con una especie de "gancho" en la parte anterior del hocico.

Coelophysis bauri de Marco Pineda.

Sin embargo, tras este nuevo análisis de los restos, resultó que Dilophosaurus no es un celofisoide gigante, sino un miembro avanzado en Neotheropoda, muy cercano al grupo de los terópodos avanzados, conocido como Averostra ("caras de ave").

Arreglo sistemático de Dilophosaurus basado en Marsh y Rowe (2020). Ilustraciones de Satoshi Kawasaki.

Estos cambios fueron producto de un muestreo amplio de características en ejemplares recolectados y almacenados por años. Sin este tipo de trabajos formales, estaríamos viendo cosas caducas, por lo que es muy importante que se lleven a cabo más estudios como estos sobre todo en especies que son conocidas por unos cuantos ejemplares.


Referencias:
Angst, D., Barnoud, J., Cornette, R., & Chinsamy, A. (2020). Sex and ontogenetic variation in the crest of Numida meleagris: Implications for crested vertebrates. The Anatomical Record, 303(4), 1018-1034.

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